martes, 16 de abril de 2013

No nos sentenciemos a "Cadena Perpetua"


Mi película favorita es Cadena Perpetua (The Shawshank Redemption). Supongo que os preguntareis ¿Que tienen que ver mis gustos cinéfilos con un blog sobre estudio y trabajo? Sencillamente me encanta esta película porque su mensaje trasciende más allá de la gran pantalla. Andy Duffrei (el personaje protagonista magistralmente interpretado por Tim Robbins) es un joven y exitoso banquero injustamente encarcelado tras ser acusado de asesinar a su mujer y al amante de esta.

La película nos muestra como Andy se adapta poco a poco a su nueva situación en prisión, su relación con el resto de los presos ya con los guardias. A lo largo de sus 142 minutos nos transmite un mensaje de superación, amistad y de esperanza, pero sobre todo nos enseña como sobreponerse a las adversidades por muchas que sean y por complicado que parezca.

Hay muchos personajes memorables, desde el inseparable amigo Red Redding (Morgan Freeman) guía y confidente de nuestro protagonista, pasando por el corrupto alcaide o el repelente jefe de guardias.
Pero entre todos ellos vamos a destacar a Brooks Hatlen (al que representó el ya fallecido James Whitmore).
Brooks era el bibliotecario e la prisión, un anciano preso que por su buena actitud y frágil apariencia se había ganado la confianza de los guardias y presos. Un día Brooks se vuelve histérico y ataca a otro de los presos; ¿El motivo? Había recibido la libertad condicional y debía abandonar la prisión. Cuando sale a  a calle y Se reincorpora a la vida civil tras 50 años entre muros el mundo es diferente a lo que conocía; envía  na carta a sus compañeros donde les dice que se encuentra institucionalizado. Está acostumbrado a cumplir las normas de la prisión y no es capaz de adaptarse a la vida en el mundo exterior.

¿Os imagináis 50 años aislados del mundo y reincorporaros después a la civilización? Solos, sin saber qué hacer, como comportarse, no sabríamos usar un ordenador, ni lo que es un móvil, que decir de internet…

Lamentablemente existen muchos Brooks Hatlen en las empresas de hoy en día. Gente que durante mucho tiempo se ha limitado a realizar su tarea mecánica sin preocuparse por ir un pasito mas allá, de repente llegan cambios en su organización y se ven fuera de lugar, eso cuando no se agrava la situación con un despido o el cierre de la empresa.
Pero la institucionalización no es algo que concierne solo a las personas; también les ocurre a muchas empresas que en su momento encontraron un nicho de mercado y lo han explotado como si llevasen orejeras, sin mirar había los lados para ver si podrían cambiar algo y mejorar.

¿Qué hacer en estas situaciones? Por desgracia lo más habitual es hacerse la víctima, el trabajador institucionalizado se queja de que la empresa no le ha formado; la empresa se queja de la crisis, de fantasmas de competencia desleal...siempre es muy fácil echar la culpa a los demás pero hay que ser autocrítica, hay que tratar de evolucionar, no cuando estamos obligados a ello, si no cuando estás en una posición de solvencia.
Es importante tratar de evitar el acomodamiento que conduce a la institucionalización. Si no te exigen no evolucionas y el más exigente contigo debes ser u mismo.

Si queréis saber cómo acabo el institucionalizado Brooks ved la película. Merece la pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario