“¿A que no sabes
desde donde te llamo?”
Esta frase, que a primera vista no nos dice
absolutamente nada, fue la primera conversación que se produjo a través de un
teléfono móvil. Fue realizada por Martin Cooper, desde la calle en la Sexta
Avenida de Nueva York, al despacho de su mayor competidor, Joel Engel,
haciéndole ver (en este caso “oir”) que había ganado la batalla por ser el
primero en desarrollar un “celular” que permitiese llamar desde cualquier lugar
y sin cables de por medio.
Esa primera llamada que realizo Martin
Cooper, directivo de Motorola, la realizó con un teléfono de 33 centímetros de
largo (como un pie de una persona adulta) y un peso de unos 800 gramos; vamos,
lo que vulgarmente y con razón, denominábamos “ladrillo”. Su autonomía era de
unos 30 minutos y su coste rondaba los 4.000 dólares.
Han pasado ya 40 años de este hecho (3 de
abril de 1973) y la evolución que han tenido estos aparatos ha sido, y sigue
siendo, vertiginosa. Hace poco más de 15 años un teléfono móvil era considerado
como un artículo de lujo y solo altos cargos directivos y gente “pudiente”
hacían uso de ellos. La función de estos artículos era, evidentemente, llamar e
incluso poder mandar mensajes de texto y el hecho de ver a personas hablando
por la calle producía un doble efecto: rechazo y envidia.
Hoy en día existen más de 4.000 millones de
dispositivos en uso en todo el mundo convirtiéndose en un artículo de primera
necesidad y, probablemente, el mejor regalo que puedes hacer a un niño al hacer
su primera comunión (en mis tiempos el juego de “rotrings” era el obsequio
estrella).
Ya han dejado de ser únicamente teléfonos. Se
han convertido en auténticos ordenadores en miniatura; conexión a internet a
alta velocidad, cámaras de más de 12 mega-pixeles, agendas, reproductores de
MP3-4… y todo ello en menos de 10 cm de largo y 80 gramos de peso. Miles de
aplicaciones son creadas cada día para hacerte “más fácil” la existencia. Además,
si quieres, puedes realizar llamadas con él.
La lucha por ser el líder en ventas y ser el
primero en desarrollar una nueva tecnología en esta materia se convierte en un
quebradero de cabeza para los principales fabricantes. Las presentaciones de
las nuevas “creaciones” realizadas por las empresas se convierten en eventos de
repercusión mundial, un mayor bombo que la presentación del nuevo calendario
Pirelli o el desfile de Victoria Secret.
A día de hoy, y con 84 años, Martin Cooper
sigue trabajando y observa como su creación se hace más y más poderosa sin que
se atisbe el final de su evolución.
Gracias???? Mr. Cooper.
Interesante articulo y curioso lo de la llamada del creador a su competidor. No conocía esta anécdota.
ResponderEliminarComparto el "Gracias" (pero sin interrogaciones) al Sr Cooper
gracias por tu comentario Jon
EliminarGrande.
ResponderEliminarNos recuerda cómo esos "aparatitos" han cambiado nuestro modo de vida. Buena manera de saber cómo empezó todo.
efectivamente Pedro, no solo han cambiado el modo de vida de cada uno, si no que en muchos casos se nos han hecho imprescindibles.
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